jueves, 25 de febrero de 2010

¿CUAL ES EL FIN DEL CAPITALISMO?


Este texto tiene una doble intención, mostrar cual es el fin del Capitalismo en tanto que finalidad en sí mismo y por otro lado, mostrar si es posible que estemos asistiendo al FIN (con mayúsculas) de un sistema económico y de vida que ha presidido el desarrollo de occidente durante más de dos siglos, además de aportar posibles alternativas a éste.
El gran inicio del capitalismo moderno se inicia con el Liberalismo económico de siglo XIX propiciado por Inglaterra que desarrolló la revolución industrial y que impuso junto a otros países desarrollados, el modelo económico basado en la competencia en los mercados.
Éste fue sustentado científicamente por la teoría de la evolución de las especies de Darwin en la que sintéticamente se expresa que el que sobrevive en la evolución de las especies es el más apto en una “lucha por la supervivencia”. ¿Les suena de algo?.
Teóricamente el apoyo definitivo vino dado por el texto: La riqueza de las naciones de Adam Smith que cuya idea-fuerza es la existencia de una “mano invisible” autorreguladora existente en mercados económicos libres y competitivos y que desempeña su papel de forma adecuada con una minimización de la actividad reguladora de los Estados. Esta entidad “abstracta” está sujeta y es dependiente de las leyes de oferta y demanda. Todo este esquema conceptual constituyó el triunfo de los valores individualistas y emprendedores fundamentado en la competencia por la apropiación de riqueza-capital, por encima otros conceptos religiosos o sociales tradicionales.
La competencia y el libre comercio, justificaron la imposición del capitalismo en estos países, así como el colonialismo comercial y político sobre otros países menos desarrollados.
Consecuentemente, en este contexto de gran desarrollo técnico y armamentístico, el expolio de recursos naturales y también la explotación de los propios seres humanos en los propios países industrializados como proletariado enajenado en condiciones laborales miserables y de pueblos más primitivos, como esclavos que fueron sometidas en las colonias; fue devastador: deforestaciones masivas para el cultivo de caña de azúcar, algodón y caucho, entre otros cultivos, extracción masiva de maderas, así como para la producción ganadera y todas las explotaciones de minería y combustibles fósiles, han conformado de forma progresiva la situación de insostenibilidad ecológica y medioambiental actual.
¿Por qué tratar este tema desde el Medio Dorado? Por la sencilla razón que desde la perspectiva atemporal y la altura de miras que brinda el poder separarse de la problemática que lleva implícita este sistema, podemos vislumbrar una salida o el germen de un nuevo sistema más humano y ecológico que sustituya a un régimen económico con fecha de caducidad y que a todas luces parece que está teniendo el principio de su final.
Primero analicemos la noción de Capital desde el punto de vista económico y financiero:
En economía, el capital es una relación social de producción. Es dinero que se independiza y se vuelve un sujeto autónomo. También puede denominarse capital físico a la tierra, inmovilizado a los inmuebles y fábricas productivas, y capital humano, a los trabajadores tomados como factores productivos.
Desde el punto de vista financiero, el capital es una cantidad de dinero que se presta o se impone, de la cual se distingue el interés cobrado por el préstamo.
El señor Marx, un alemán que se afincó en Londres y que se tomaba unas buenas birras en un Pub cercano al British Museum junto a su amiguete Engels, escribió la obra “Das Kapital” desde la que se aborda el sistema económico imperante en el mundo en el siglo XIX de la siguiente manera:
“El Capital, domina y condiciona el funcionamiento de la sociedad moderna, la crítica de la economía política, es decir, del saber sobre esa esfera, se torna el punto de partida fundamental para comprender qué es esa sociedad moderna y cómo funciona a través de las relaciones de dominación entre las clases, de un lado los proletarios y de otra los burgueses.”
Y por otro lado, adelantándose a los movimientos altermundistas, Marx preconizó que junto “a la tendencia de la tasa de beneficios a declinar con el paso del tiempo, el capital tendía a concentrarse cada vez más en grandes empresas, por medio de la competencia, de las economías de escala” (aprovechamiento de su tamaño y distribución geográfica) “las restricciones, a la creación de nuevas empresas y al sistema de crédito”.
En nuestra sociedad moderna capitalista, prima como principal objetivo la maximización del beneficio, entrañando éste la minimización de costes. Este objetivo primario y elemental se ha dado y continúa produciéndose de forma ininterrumpida desde la creación del sistema. ¿Pero qué representa en nuestra vida real este objetivo tan aparentemente “loable” y políticamente correcto?
Si observamos los datos del 2007 del índice o coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en que de forma general se deduce como se distribuye la riqueza en el mundo:




“Los países con verde oscuro son los más homogéneos del mundo. Dinamarca no nos sorprende, quizás sí que lo haga Eslovaquia. Junto con Japón, son los tres únicos países con índice menor a 0,25%.
Buscando países con índices elevados, nos sorprende Brasil con uno de los gobiernos con menor reparto de la riqueza. Estados Unidos tiene una marca muy negativa.”
Indice de Gini

Se deduce que los países de colores más cálidos (rojizos) son los de mayor desigualdad de riqueza.Nos os perdáis los datos de este organismo, adivinad de quien se trata:Comparativa en el tiempo
En los que muestra un interesante intercomparativo, donde se ve la evolución de éste índice, en la que se aprecia como muchos países han involucionado, produciéndose una acumulación de riqueza cada vez mayor en menos “manos” deducida por el incremento de este índice.
Finalizando, resumiremos que el FIN, la finalidad del capitalismo es la acumulación de riqueza, de capital, por medio de un sistema que podríamos definir como de Mercados competitivos.
Resultados: el expolio sistemático y progresivo de los recursos naturales del planeta a una escala nunca vista en la historia de la humanidad y de la contaminación de gran parte del planeta. También de la globalización de condiciones de trabajo inhumanas en gran parte del tercer mundo y de los llamados países emergentes, la degradación progresiva de los derechos laborales en “Occidente” y la concentración de la riqueza mundial en cada vez menos entidades, corporaciones o individuos. Si a este coctel, le sumamos las últimas crisis económicas habidas desde la del petróleo en 1973:
Crisis económicas vemos que el sistema hace aguas por todos lados. ¿Por qué? Simplemente porque es insostenible y esa insostenibilidad no ha podido ser vista de forma más clara que la última crisis hipotecaria-financiera del 2007.
Se habían creado durante varias décadas derivados financieros que cada vez se han ido distanciando de forma más acusada de la “economía real”, así hasta que hemos asistido casi con la misma nitidez que el derrumbe de las torres gemelas, al desplome de un sistema financiero ficticio, basado en la estafa, el engaño, la competencia atroz y al esparcimiento de la “porquería” proveniente de la hipotecas subprime por doquier. Se ha destapado la olla y se hemos visto atónitos que el menú era "olla podrida".

Vemos que el sistema hace aguas por todos lados. ¿Por qué? Simplemente porque es insostenible y esa insostenibilidad no ha podido ser vista de forma más clara que la última crisis hipotecaria-financiera del 2007.






Causas profundas: La iglesia católica desde la edad media en sus pecados capitales refleja tres de las posibles causas profundas que han dado origen a la situación actual:

-Principalmente la Avaricia, para la acumulación de riqueza sin límites.

Es muy interesante analizar el cuadro este cuadro de Brueguel y deducir el significado de algunos símbolos como las casas ardiendo, los recipientes rotos perdiendo dinero y sobre todo comparar los personajes con los corredores de bolsas actuales.
Aristóteles ya dijo que “se concede más atención al lucro que a la infamia”. O sea que se prefiere el exceso de beneficio que la posibilidad de ser desacreditado por éste. Además en su doctrina del Justo medio, éste aboga por no dejarse llevar por el vicio de la codicia y que debemos ejercer la elección de la Templanza o contención (virtud cardinal) para evitarla.
Confucio dijo que difícilmente se puede errar por exceso de moderación.
Buda consideraba que no se puede evitar el sufrimiento si no hay un continuo y detallado desapego a los bienes de este mundo.
Y así una lista innumerable de personas que han percibido que la codicia-avaricia no era nada aconsejable…Sin embargo el capitalismo parece no haber reparado en ello.
Además tenemos estos otros dos “pecadillos” del sistema
-Envidia, para conseguir aquello que tienen los demás. Generada en muchos casos por la obsolescencia planificada.
-Soberbia, que no ha reconocido los errores cometidos.
Soluciones
Todas las soluciones que se precien de serlo pasan por un cambio de conciencia o paradigma de la humanidad. Se puede comenzar por ser objetor del consumismo desaforado y anti-ecológico y de la espiral de créditos bancarios generadoras de deuda y de dinero ficticio, basado en la promesa de que los bienes hipotecados siempre aumentaran de valor.
Existen distintas posibles soluciones al tremendo problema que genera un cambio de sistema tan asentado en nuestras vidas y mentes:
• El Decrecimiento cuyo “apóstol” es el Economista francés Serge Latouche. Pretende considerar el a-de-crecimiento como una opción valida y alternativa al insostenible sistema de crecimiento actual. Propugnan una reducción del consumo de bienes materiales y una revalorización de la economía local.
• La Bioeconomía propugnada por Georgescu-Roegen, cuyos seguidores más destacados en nuestro país son José Manuel Naredo y Joan Martínez Alier. La economía se incluye dentro de la ecología del planeta, respetando los ecosistemas en la mayor medida posible.
El principio de Cooperación, idea muy interesante reflejada en el texto de mismo nombre de Mauricio Abdalla, en la que se propone de forma muy argumentada cambiar el sistema actual de”trueque competitivo” por uno de “trueque cooperativo” basado en la confianza mutua y en valores humanistas.
Bueno, podríamos escribir sobre muchas más alternativas al caduco modelo capitalista actual como la economía de los intangibles, pero eso lo dejo para otros post….

sábado, 13 de febrero de 2010

La infancia en el Medio Dorado

En la infancia SOMOS y estamos en el mundo de una forma directa y espontánea. Eso no quiere decir que multitud de acontecimientos no nos hagan endurecernos, incluso nos rompan el corazón y nos hagan comenzar a tener recelo de nuestros semejantes. En mi caso, la primera pérdida de inocencia aconteció cuando pocos días después de comenzar las clases de primero de EGB, las cosas que prestaba a algunos compañeros de clase desaparecían de una forma inexplicable, o me contestaban que mis gomas y lápices no les habían sido prestados o que se habían perdido. Aquello me hizo considerar la naturaleza humana de forma más reservada y crítica. De todas maneras y como en la Economía y la contabilidad, la vida también es una cuestión de saldos y en el caso de los niños de nuestras generaciones, el Saldo a favor de la Libertad y del disfrute de momentos de felicidad fuera del tiempo adulto, fue completamente positivo. Eso no quiere decir que no hubiera represión, violencia y amargura en muchas personas e incluso en niños. Pero los recuerdos primordiales y abundantes de muchos de mis amigos, conocidos y míos, son representativos de ese optimismo vital que se respiraba en nuestros barrios periféricos, llenos de pluriempleo y de madres de alta dedicación familiar que cumplían con los cometidos asignados por el régimen político dictatorial-crepuscular.
“Como muestra un botón”, por cierto para todo aquel que no la haya visto, es altamente recomendable la película francesa de la Nouvelle vague: "La guerra de los botones"


Constituye un magnifico reflejo de la vida de la infancia en un entorno rural francés de los años 50, con una descripción magistral de las tribus formadas por niños, sus conflictos, su dura y tierna relación entre ellos y los mayores, además de cantidad de otros fantásticos detalles que nos hacen revivir esos tiempos no tan lejanos de una forma memorable.

Como decía, esta es una muestra de algunos capítulos de un libro que he realizado con una intención muy similar a la del director Yves Robert, pero también con bastantes diferencias, mientras él centra el hilo narrativo en el conflicto cuasibélico entre los niños de dos aldeas francesas, con multitud de matices emocionales y complejas relaciones sociales, yo me he centrado en aquellos momentos que nos trasladaban fuera del espacio y del tiempo adulto, esos momentos para mi constituyen aún hoy en la madurez una estancia en El Medio Dorado, ese lugar donde todo confluye de forma natural y expóntanea, una especie de Wu Wei (“No acción o acción expóntanea”) chino, donde se re-liga con una realidad superior e indefinible, donde no hacen falta las palabras y donde todo acontece en un orden primordial y cósmico.
Amigos, “Como muestra un botón”, espero que estos pequeños botones de nácar irisados por los colores del Arco-iris, constituyan un regalo para vuestra edad adulta, aparentemente ya muy lejana de aquellos brillantes momentos, pero a la vez mucho más cercana a ellos de lo que podemos llegar a imaginar:

Contexto: Barrio del Grao, periférico en la ciudad de Valencia, pegado a la huerta con una lapa y a veces como una sanguijuela. Son los años 60-70. Constante cambio y evolución, allí un niño experimenta la Vida…

1.-Montañas de azufre y escorias o los volcanes.

Se diría que saltábamos entre emanaciones del Etna o del Vesubio, pero en lo que nuestros cuerpos saltaban, correteaban o se impregnaban, era en los residuos industriales ya abandonados hacía algunos años y que L’Horta y el ecosistema del Solar empezaban a capturar en sus entrañas. Esos días eran más deslumbrantes que el propio azufre que se nos pegaba a la piel con la persistencia de miles de minúsculas lapas.
El ritual de esos primeros días de vacaciones no podía acabar de otra manera que con el fuego purificador y nutricio.
En perfectos escuadrones de comandos nos dirigíamos hacia los campos de panochas , con la clara intención de recolectar las más grandes y espectaculares, aunque siempre existía un gran componente de riesgo: El Tío: ese guardián impertérrito y que poseía la virtud divina de la ubicuidad, se presentaba en el momento menos pensado y nos aplicaba correctivos diversos, con sus perros aparentemente asesinos, amenazas de llevarnos a comisarías -incluso podía llegar a hacer un simulacro de preencarcelamiento- además de otras intimidaciones múltiples, como decírselo a nuestros padres, con las espantosas consecuencias que ello producía en nuestras asustadas mentes repletas de adrenalina.

Si lográbamos franquear todos los obstáculos y nuestra caza de la panocha más excelsa llegaba a buen término, nos disponíamos a iniciar el ritual purificador. Clavadas en palos o cañas, se torraban en hogueras de círculos improvisados. La hermandad era todo aquello: héroes del día que habían logrado cazar y recolectar para sobrevivir, en una turbulencia de sensaciones, luces y olores que se agolpaban en nuestros cuerpos de forma natural y salvaje.



2.- El Laberinto o la fábrica del TU-TÚ.

Esa fábrica representaba para nosotros el laberinto y la caverna. Industria abandonada a finales del desarrollismo franquista, había cumplido su cometido de suministro autárquico de detergente valencià a muchos hogares españoles. Se entraba en ella y no se sabía si volverías. Zonas desvencijadas. Siempre escuchabas famosas epopeyas de chavales mayores que habían logrado superar saltos insalvables, ataques inesperados de bandas rivales y la aparición de seres casi irreales, pero que nunca lograban dañar en demasía a nadie. El laberinto del claroscuro de la imaginación.

3.- La Selva o el jardín de Ayora.

Unos de los mejores recuerdos de mi vida es la sensación de paz y de identidad con el universo que tenía, cuando al dormirme en una suave noche de verano, los sonidos diamantinos y estelares de los grillos parecían orquestar una melodía celestial rítmica y eterna. La plaza Organista Cabo hacía de caja de resonancia y todo se unía en ese abrazo sonoro y divino.
Esos grillos vivían en las huertas que rodeaban las Casas para todos aunque muchos de ellos tenía su morada cerca del fantasmal Chalet de Ayora. Según las leyendas contadas por las chicas del colegio, ese palacete fue construido por un noble para su amante en un acto de amor, alrededor hizo plantar el edén, para pasear a la luz de la luna, pero la desgracia se cebó con ellos y su hijo nació muerto, en un acto de catarsis y sublimación, lo introdujeron en el interior de una pequeña cristalera azul que se encuentra sobre la cúpula e inmediatamente por debajo del pararrayos. ¿Era el mito del Frankenstein infantil? Nunca lo sabré, pero toda esa historia llenaba aún más si cabe de misterio e interés el acto de saltar la valla para adentrarse en lo más profundo de los jardines abandonados y selváticos.
Yo tenía vértigo y pocas veces me atreví a dar el salto al interior, aunque sí subí a lo alto del grueso muro de piedra muchas veces y vislumbré historias apasionantes en mi incansable fantasía. Siempre aparecía entre las sombras la figura fantasmal del incansable guarda-tío perseguidor, esta vez con perros sueltos que atacaban sin compasión (sólo existentes en nuestras mentes incandescentes).
Existían unos Ficus gigantes que habían producido multitud de raíces aéreas, que no eran ni más ni menos que lianas selváticas. Los saltos eran de muchos metros y algún atlético chaval había conseguido emular a Tarzán en desplazamientos interlianares. Siempre las manos olían a tabaco por la fricción extenuante con las lianas.
Nosotros nunca dudamos de la existencia de Chita y de un grupo de monos salvajes que se dedicaban a internarse en las espesuras de los árboles. La maraña era tan espesa que a veces las plantas te retenían con la persistencia propia de una madre agraviada.
Los pájaros del Jardín de Ayora eran incontables, infinitud de trinos a partir de la primavera llenaban todos nuestros hogares. A partir de abril o mayo algunos gorriones caían de sus nidos y sus destinos se volvían inciertos. Una familia acogió a uno en su seno y lo criaron con gran cuidado, consiguiendo que llegase a adulto y fuera un miembro más de la familia, este pardal comía en libertad en la mesa de su familia adoptiva, pero lo que más me fascinaba era que vivía en libertad en la Selva del Jardín y acudía a los silbidos de la casa para celebrar banquetes y otros fastos.
Aquella maraña vegetal se introducía en nuestras casas, las copas de los inmensos árboles nos acariciaban con susurros y a lo lejos se escuchaba el lejano y grave silbato de algún barco del puerto de Valencia
La selva o el Jardín de Ayora

jueves, 11 de febrero de 2010

EL MEDIO DORADO


EL MEDIO DORADO

El Blog de de aquellos de disfrutaron una infancia libre y de los que viven con intensidad el eterno presente


Este Blog nace con la necesidad de recuperar todo aquello que no traslada de una forma física o virtual al Medio dorado, ese estado en el que el tiempo no transcurre convencionalmente, donde los sentimientos y las sensaciones son intensas y únicas.
Ese el eterno presente, un aquí y ahora continuo en el que las cosas transcurren con la naturalidad del agua del arroyo, donde la pequeñas gotas de agua que saltan al chocar con las rocas nos refrescan la cara y nos hacen ver con nitidez, la realidad que antes estaba enturbiada por los problemas cotidianos.
Los monjes Zen dicen que no existe el pasado ni el futuro, sólo “el Aquí el Ahora”, la realidad es una sucesión indefinida de esos intensos instantes que normalmente dejamos pasar, ocupados en problemas más o menos importantes, que la mayor parte de las veces se resuelven solos por el paso del tiempo o que vistos con una diferente perspectiva, suelen ser triviales y absurdos.
Modernas teorías de la física cuántica entroncan con el concepto místico del tiempo continuo. En realidad, no existiría una rotura entre los acontecimientos pasados, presentes y futuros, todos acontecerían al “unísono” en una especie de vibración universal no perceptible desde nuestra mente lógico-racional.
Mircea Eliade, un estudioso de la Mitología comparada, habla en sus libros del concepto universal “in illo tempore”, este es el “tiempo” en el que se produjo la creación del mundo por seres inmortales. Es ese momento atemporal y cíclico que como un eterno retorno es restaurado por los pueblos primitivos mediante rituales cíclicos que conectan con ese estadio divino. También se podría considerar el “tiempo de los sueños” de los aborígenes australianos como un tiempo mítico.
Extractando un párrafo de su libro “El mito del eterno retorno”, M. Eliade habla de la conciencia del tiempo en los hombres primitivos:
“Como el místico, como el hombre religioso en general, el primitivo vive en un continuo presente. (Y es ése el sentido en que puede decirse que el hombre religioso es un “primitivo”; repite las acciones de cualquier otro, y por esta repetición vive sin cesar en presente atemporal)”.
Nuestros estadios de conciencia cambian en función de la edad, siguiendo el modelo integral de K. Wilber y de Gebser, en la infancia nuestra conciencia se encuentra en un nivel arcaico primero y luego mítico.
Esa conciencia mítica que olvidamos a medida que nos vamos haciendo adultos y “responsables” es la que pretendo que se recupere con herramientas como este Blog. ¿Por qué?, por la sencilla razón de que el mito y símbolo nos conectan con una realidad trascendente y atemporal. Por que los que tuvimos una infancia libre, estábamos conectados de forma natural y espontánea con el “in illo tempore”, con esos momentos de felicidad intensa y emergente que nos hacía perder el sentido del tiempo adulto. En definitiva, con aquellas experiencias que podemos y debemos recuperar cuando contemplamos la sonrisa de un niño maravillado ante una mariposa, cuando mantenemos una charla sin prisas tras una buena comida con nuestros amigos, cuando besamos sin esperar nada a cambio o cuando vislumbramos y sentimos con todos los poros de nuestro cuerpo que todo “casa”, que todo cuadra, en una especie de armonía indefinible, tras haber experimentado confusión o desasosiego.
Esto es el Medio Dorado, una invitación al retorno a esos pequeños y grandes momentos brillantes y luminosos, espero que junto con Aristóteles, Buda y Confucio penséis conmigo que en ese “Medio” se encuentra la Virtud.